Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios. Es inerrable, infalible, autoridad legítima y aplicable a nuestra vida cotidiana. Por este motivo, toda enseñanza es bíblica y toda práctica en Pasión por Su Presencia tiene su razón de existir, ser y hacer está en la Biblia. (2 Ti. 3:16 -17; 1 Co. 2:13; Jn. 17:17)
Creemos en Dios Padre, la primera persona de la trinidad. Es la fuente de la creación, providencia y redención. Por este motivo creemos que Él es el centro de nuestra adoración. (Gn. 1:1; Col. 1: 15-20; Jn. 16:13). (Gn. 1:26; Sal. 110:1; Mt. 3:16-17; Jn. 14:26; 2 Co. 13:14)
Creemos en Jesucristo quien es la segunda persona de la trinidad. Él es nuestro mediador, y es la cabeza de la iglesia. Por medio de Él tenemos comunión con el Padre. Esta es la razón, creemos que la iglesia tiene el mandato de predicar el mensaje de esperanza y redención que hay en Cristo Jesús, (Mat. 1:20-25; Fil. 2:5-8; 1 Tim. 2:5; Ap. 5:1-9)
Creemos en el Espíritu Santo quien es la tercera persona de la trinidad. Él es quien determina y aplica la obra divina en la creación, providencia y redención del creyente. Es la persona de Dios que habita entre nosotros para realizar la voluntad del Padre, santificarnos y glorificar al Hijo en la vida de todo creyente. Por esta razón, creemos en la comunión con el Espíritu Santo a través de la oración congregacional y personal. (1 Co. 2:10-12; Hch. 1:8; Ro. 8:9-15; 1 Co. 3:16; Sal. 104:30)
Creemos que el pecado nos separa de Dios y su propósito para nuestras vidas. Por lo tanto, creemos que la fe en Jesucristo nos da perdón de nuestros pecados sin realizar ninguna obra, por esto predicamos la salvación por la fe. (Ro. 3:10-23; 1 Ti. 2:5; Jn. 14:6)
Creemos que para el perdón de nuestros pecados y el “nuevo nacimiento” debemos arrepentirnos de nuestros pecados, creer en el Señor Jesucristo y sometemos a su voluntad para nuestras vidas. Por este motivo, ofrecemos programas bíblicos en la iglesia para instruir a toda persona a vivir en la voluntad de Dios. (Lv. 11:44; 1 P. 2:9; 1 Co. 5; Hbr. 12:5-11)
Creemos que para poder vivir en santidad y mostrar frutos de nuestra salvación, tenemos que ser bautizados en agua como testimonio de que hemos aceptado vivir bajo la voluntad de Cristo. Por esto practicamos el bautismo en agua para todas las personas que han puesto su fe en Cristo Jesús. (Hch. 2:38-39)
Creemos que el Espíritu Santo nos permite utilizar los dones espirituales, incluyendo el hablar en lenguas, que es la evidencia inicial del bautismo en el Espíritu Santo. Por esto, oramos por la llenura del Espíritu Santo. (Mt. 28:18-19; 6:4, Hch. 2:38-41)
Creemos que Dios nos ha equipado de forma individual para que podamos alcanzar con éxito su propósito para nuestras vidas, que es adorar a Dios, cumplir con nuestro papel en la Iglesia y servir a la comunidad en la que vivimos. Por esto, motivamos a los congregantes a servir en alguna área de la iglesia para que puedan descubrir sus dones y talentos; y edificar la iglesia.
Creemos que Dios quiere sanar y transformarnos para que podamos vivir una vida sana y próspera con el fin de ayudar a los demás de manera más efectiva. Por esto, practicamos la oración por las personas que tienen una enfermedad física y emocional. Además, ofrecemos consejería bíblica para acompañar a las personas en su restauración emocional y familiar.
Creemos que el Señor Jesucristo regresará de manera visible en poder y gran gloria, como lo prometió. Por este motivo creemos en los últimos tiempos y que es necesario para una iglesia fuerte y un cristiano maduro. Por esta razón, animamos al creyente a estudiar la biblia por medio nuestro proceso de formación, y promovemos la importancia de integrarse a la comunidad de creyentes. (Hch. 1:11; Ap. 1:7; 7:14)
Creemos en el sacramento de la Comunión, Santa Cena o Cena del Señor, que siendo recibida por creyentes es testimonio del poder del evangelio y de la presencia de Cristo en su iglesia que espera su glorioso retorno (1 Co. 11: 23-26). Nosotros celebramos la Santa Cena una vez al mes con toda la comunidad de creyentes de Pasión por Su Presencia.
Creemos en el trabajo y todo empeño evangelístico y misionero, conocido como la Gran Comisión de la Iglesia (Hch. 1:8; Mr. 16:15-18). Por este motivo, promovemos las misiones locales y globales a través de plantar iglesias en Boyacá, Colombia y en lo posible apoyamos misiones.
Creemos que la Iglesia debe ser apoyada por los diezmos y ofrendas de aquellos comprometidos con la iglesia local y su misión. Además, creemos que cuando el pueblo de Dios da con un espíritu libre, habrá amplia provisión financiera para cumplir el propósito de Dios (Gn. 14:17-20; Mal 3:6-12; 2 Co. 8:1-7; 9:10-13; Lc. 11:42). Por este motivo, enseñamos y animamos a la gente a participar con sus diezmos, ofrendas voluntarias, ofrendas misioneras y primicias.
Creemos que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer en mutuo convenio para toda la vida, y es una institución sagrada establecida por Dios. Si en algún caso hay conflicto, creemos en la reconciliación en el matrimonio a través de consejería pastoral.