Es un espacio donde los niños pueden crecer en su relación con Dios, convirtiéndose en una generación que adoren a Dios, en espíritu y en verdad, como está estipulado en Juan 4:23 “Pero se acerca el tiempo; de hecho, ya ha llegado, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera.